lunes, 21 de septiembre de 2015

El Desarrollismo en America Latina


El desarrollismo

El desarrollismo es una teoría económica referida al desarrollo, y que sostiene que el deterioro de los términos de intercambio en el comercio internacional, con un esquema centro industrial-periferia agrícola, reproduce el subdesarrollo y amplía la brecha entre países desarrollados y países subdesarrollados.
Como consecuencia de ese diagnóstico, el desarrollismo sostiene que los países no desarrollados deberían tener Estados activos, con políticas económicas que impulsen la industrialización, para alcanzar una situación de desarrollo autónomo.


Historia del desarrollismo

El desarrollismo está vinculado a la aparición de la Teoría del desarrollo,[1] como una profundización de sus implicancias, hasta el punto de conformar una teoría independiente.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, y siguiendo la Teoría del desarrollo clásica, que sostenía que los países iban avanzando a través de fases cada vez más evolucionadas de desarrollo económico (desde la economía agraria a la economía industrial de consumo masivo), las Naciones Unidas crearon una serie de comisiones económicas para impulsar el desarrollo de los países no desarrollados.
Una de esas comisiones fue la CEPAL (Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas). Inicialmente la CEPAL trabajó siguiendo las pautas lineales de la teoría clásica del desarrollo, pero a poco avanzar, algunos economistas y sociólogos de la comisión fueron notando que en América Latina existían circunstancias sociopolíticas que obstaculizaban el desarrollo y condicionaban la aplicación de los supuestos puramente económicos de las teorías clásicas.
Por esa razón, esos economistas y sociólogos comenzaron a analizar y profundizar las razones del sub-desarrollo en los países de América Latina que la llevaron a conclusiones autónomas sobre las causas del desarrollo y las medidas necesarias para impulsarlo. Estas teorías tomaron el nombre de desarrollismo o estructuralismo aunque no son lo mismo, según explica Rogelio Frigerio en varias de sus obras, porque el desarrollismo estudió los problemas estructurales de la economía, buscando soluciones objetivas a esos problemas cambiando la estructura productiva agrominera (con inversión productiva, industrias básicas e integración) mientras que el estructuralismo no reconocía como una necesidad el cambio de estructura, sino en algunas cuestiones macroeconómicas específicas (por ejemplo, en lugar de aceptar el deterioro de los términos del intercambio como imposición objetiva de la economía internacional, buscaba mecanismos tendientes a corregir ese deterioro, sin siquiera pensar que una economía agrominera debería dar un salto cualitativo e integrar su estructura económica a partir de las industrias básicas).
Tuvo gran influencia en América Latina entre 1950 y 1980 impulsando los modelos de sustitución de importaciones, especialmente en Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, República Dominicana y México. A partir de la crisis del petróleo de 1973 el desarrollismo entró en crisis. Luego de las crisis internacionales del sudeste asiático en la década de 1990, varios países de América Latina (Argentina, Brasil, Rep. Dominicana, México, Uruguay, etc.) han impulsado políticas económicas neo-desarrollistas, adaptadas al contexto de la globalización.
En España, el desarrollismo sucedió a la etapa autárquica, durante la dictadura de Francisco Franco. La intervención del Estado se instrumentó jurídicamente mediante tres planes de desarrollo que tenían un fuerte sesgo industrial. El periodo, que comprende los años 60 y la mitad de los 70, se caracterizó por un fuerte incremento del PIB. El modelo, muy dependiente de algunas industrias pesadas como la siderurgia y la construcción naval, se agotó con la crisis de 1973.

Desarrollismo económico

El desarrollismo económico (estructuralismo) cuestiona la teoría clásica del comercio internacional, apoyada en el principio de las ventajas comparativas, para destacar el fenómeno del deterioro de los términos de intercambio y las transferencias de valor entre países que ello implica, a favor de los países industrializados y en perjuicio de los países con economías primario-exportadoras (centro-periferia y Tesis de Prebisch-Singer).
La industrialización de materias primas (por ejemplo, trigo, soja, madera, petróleo, etc.) da valor agregado a los bienes exportables, y sustituye importaciones (Industrialización por sustitución de importaciones), mejorando así los términos de intercambio y disminuyendo la brecha entre los países.
El estructuralismo se relaciona estrechamente con la Teoría de la Dependencia. En la década de los años 1960 algunos estructuralistas comenzaron a percibir las limitaciones de la teoría en su formulación original, como modelo de sustitución de importaciones, fundamentalmente debido a la necesidad de financiar importaciones industriales utilizando divisas de exportaciones primarias, inversiones de capital extranjero, radicaciones de empresas multinacionales, y endeudamiento externo. Estos desarrollos llevaron a algunos economistas de esta orientación a complementar sus desarrollos teóricos con los trabajos sociológicos sobre la dependencia que veían desarrollándose desde los años 1930, en gran medida iniciados por Sergio Bagú. Se conformó así la llamada Teoría de la Dependencia.
Los principales economistas de esta tendencia son el argentino Raúl Prebisch, los brasileños Celso Furtado y Fernando Henrique Cardoso, el chileno Aníbal Pinto Santa Cruz, así como también los argentinos Aldo Ferrer, y el mexicano Víctor Urquidi, entre otros.
 
 

Desarrollismo político en Argentina

 
El desarrollismo fue puesto en marcha durante la gestión de Gobierno de Arturo Frondizi en Argentina (1958 - 1962) quien, con un grupo de colaboradores entre quienes se destacaron Rogelio Frigerio, Marcos Merchensky, Isidro Ódena y Ramón Prieto, elaboraron el programa nacional de desarrollo, que incluyó el autoabastecimiento de petróleo, carbón y acero, creó las industrias petroquímica y automotriz, y logró niveles de capitalización interna que nunca se volvieron a repetir en Argentina. Luego de la experiencia de Frondizi, Brasil siguió un camino parecido.
La publicación Qué! fue de vital importancia para exponer los ideales del desarrollismo.

 La CEPAL y el pensamiento latinoamericano
 
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) festejó su 60 aniversario recibiendo reconocimientos por su fecunda labor y reafirmando su compromiso con la región para impulsar su desarrollo y apoyarla ante los desafíos actuales.
"La CEPAL ha sido una aliada lúcida en los esfuerzos que los Estados han emprendido a lo largo de estos sesenta años", afirmó la presidenta chilena, Michelle Bachelet, al clausurar el seminario 60 años de la CEPAL: Visiones de América Latina y el Caribe".
Dijo que el pensamiento y la acción del organismo de las Naciones Unidas ha sido una contribución a la compleja lucha "en contra de los verdaderos abismos de desigualdad e inequidad que, desde la conquista,forman parte de las sociedades y economías de este continente".
Bachelet subrayó la valentía de la institución por mantener su aporte a pesar de las difíciles condiciones que se vivieron durante la interrupción democrática en los años 70 y 80, y recordó al funcionario Carmelo Soria, asesinado en junio de 1976 por la dictadura de Augusto Pinochet.
Recordó que la región mantiene grandes desafíos pendientes, pese a la reducción de la pobreza en 31 millones desde el 2003, pero "no da todavía para celebrar: 194 millones de personas viviendo en la pobreza, sigue siendo una cifra que no podemos aceptar".
El ex presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso, dijo que "la CEPAL ha logrado organizar el pensamiento de América Latina" y "ha sido fundamental" para los países de la región.
Cardoso, junto a los ex presidentes de Chile, Ricardo Lagos; de Uruguay, Julio María Sanguinetti y el costarricense José María Figueres, participaron aquí en una mesa redonda donde se analizó desde la antigua teoría del desarrollo hacia adentro y la sustitución de importaciones, hasta la del crecimiento con equidad y desarrollo sustentable.
Figueres señaló que "no se puede hablar de desarrollo y crecimiento en América Latina sin mencionar el papel de la CEPAL" en sus estudios y recomendaciones a los gobiernos.
Por su parte, Sanguinetti subrayó a Xinhua que "CEPAL ha sido el gran motor de pensamiento global. En una Latinoamérica que siempre vivió muy fragmentada, la CEPAL sigue siendo un intento de visión colectiva para entender a un mundo global que nos ha cambiado los paradigmas".
La CEPAL surgió en 1948 cuando estaba en su apogeo la Guerra Fría,protagonizada por Estados Unidos y la Unión Soviética, en momentos en que el mundo se resarcía de las secuelas de la II Guerra Mundial.
Desde entonces su primordial tarea ha sido la elaboración de un pensamiento latinoamericano para contribuir al crecimiento y desarrollo de la región, sin desconocer las principales corrientes mundiales en las distintas épocas.
Resalta el rol de esta entidad a mediados de los años 70, cuando América Latina vivía situaciones de crisis, marcadas por los cambios en la economía mundial, la existencia de dictaduras militares y el endeudamiento excesivo que desembocó en la crisis de 1982.
En ese contexto, el organismo fue capaz de adaptar su visión histórica del desarrollo a las nuevas tendencias de la economía internacional, insistiendo en que las causas del insuficiente desarrollo latinoamericano eran la ausencia de crecimiento con equidad y progreso técnico.
A partir de ese concepto salió la propuesta de "Transformación Productiva con Equidad", que luego se extendió al medio ambiente y al"regionalismo abierto" para impulsar la inserción internacional de América Latina.
Igualmente, la CEPAL ha promovido el papel de la ciudadanía, el financiamiento para el desarrollo y las reformas estructurales de la región, y ha enfatizado en la lucha contra la pobreza, una mejor distribución del ingreso y la protección y cohesión social en las sociedades latinoamericanas y caribeñas.
En los últimos años, las investigaciones cepalianas se han encaminado a temas emergentes, como el desarrollo sostenible, cambio climático, seguridad energética, así como los relacionados con la igualdad de la mujer, la juventud y las minorías étnicas.
La CEPAL se ha propuesto a contribuir de manera decisiva a que los países de la región alcancen el desarrollo sostenible, lo que significa crecer con equidad y proteger el medio ambiente. (Xinhua)
30/04/2008.
 
 
 
 


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